Bad Bunny wearing all black standing in front of two chairs that are on fire outside looking at the camera

"Yo soy Boricua, pa’que tú lo sepas."

Suelto la frase en mi mejor acento cubano-puertorriqueño, criado en Miami.  

La capucha azul se desliza hacia atrás revelando una gorra de los New York Yankees. Por debajo de la gorra asoma una maraña de rulos, unos ojos color café intenso y el esbozo de una sonrisa, con una barba de tres días. 

Finalmente, respiro.

Al realizar la investigación para este reportaje me había convencido de que Bad Bunny sería un hombre de pocas palabras, una entrevista difícil. En el vuelo hacia la isla me preocupé mucho en cómo podría lograr que el rapero puertorriqueño de 27 años se abra. Tan estresado estaba que no noté que habíamos aterrizado hasta que las ruedas del avión tocaron el suelo y los pasajeros se arrancaron a aplaudir (tradición puertorriqueña). "Solo dile que hablas su idioma," me aconsejó mi tío de San Juan, mientras navegaba las calles llenas de baches, en las afueras del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín. La jerga de Bad Bunny es un caribeño repleto de palabrotas y frases regionales muy particulares. Es un lenguaje completamente único a él, emitido en un inconfundible murmullo barítono; un idioma que Google no puede traducir pero que la mitad del mundo canta. 

Bad Bunny on the cover wearing a silk blue durag and a blue suite jacket leaning his hand against his head with dominos...

Abrigo de Prada. Viviana O’Ontanon collar corto. Isa Noy collar largo. Durag de estilista. Fotografiado por Camila Falquez. Estilista de moda: Herin Choi. Cabello: Ybelka Hurtado. Maquillaje: Frankie Boyd. Manicura: Chary Reyes and Carla M Negrón. Producción: Worldjunkies Inc.

Cuando le dije a Bad Bunny que yo también era de la isla convenimos en hacer la entrevista en su lengua madre — luego me encargaría de la traducción. Con esto acordado, enseguida noté que él no es ni un hombre de pocas palabras, ni una entrevista difícil. 

Benito Antonio Martínez Ocasio es de Vega Baja, un pueblo rural a 48Km al oeste de San Juan. Mientras estudiaba en la universidad y trabajaba de empleado en el supermercado local, Benito subía canciones auto-producidas a SoundCloud, con el pseudónimo de Bad Bunny, nombre inspirado en una foto suya de la infancia disfrazado de conejo para la pascua.  En 2016, la canción "Diles," una vuelta puertorriqueña al sonido urbano de Atlanta, llamó la atención de Rimas Entertainment y Bad Bunny firmó con el poderoso sello discográfico puertorriqueño. Enseguida surgieron colaboraciones exclusivas con Cardi B, Drake, y J Balvin que fueron éxitos en el Top 40. En 2020, Bad Bunny actúo en el show del medio-tiempo del Super Bowl LIV, que estaba encabezado por Jennifer López y Shakira. Un mes después sacó su segundo álbum de estudio, YHLQMDLG (Yo Hago Lo Que Me Da La Gana). El álbum, un homenaje al reggaetón (un estilo popular en los 90s que mezcla varios sonidos caribeños con el hip-hop estadounidense), llegó más alto en los rankings que ningún otro álbum en español en el Billboard 200 y fue el álbum más transmitido globalmente en Spotify en 2020.

Junto con el manager de Bad Bunny, Noah Assad, el publicista Sujeylee Solá y un puñado de sus amigos quedamos para almorzar en una marisquería a la que irías para unas bodas de plata más que para encontrarte con la mayor estrella mundial del reggaetón. Pero es adonde Bad Bunny le gusta esconderse estos días. "Siempre le digo a la gente que para entender la cultura de Puerto Rico hay que venir aquí a experimentarla," dice, ordenando una soda para él y croquetas de bacalao para la mesa. “Es importante que las fotos y la entrevista se hagan en la isla. No mucha gente conoce Puerto Rico y la verdad es que ahora mismo está en un pico cultural, con un montón de chicos haciendo arte”. El panorama de la escena cultural se puede apreciar en Pública Espacio Cultural, una amplia galería en el barrio de Santurce, en San Juan, dedicada a obras—a menudo de contenido político— contemporáneos, así como a exhibiciones pop-ups de artistas de moda; o también lo puedes escuchar por internet en la radio local, RadioRed, que se auto-describe como plataforma para el intercambio artístico; también lo puedes saborear en Lote 23, un parque de carritos de comida donde jóvenes cocineros, como Mario Juan Pagán, están sirviendo propuestas contemporáneas de la cocina tradicional puertorriqueña. 

Justo en ese momento, un mesero interrumpe para darle a Jan Oliveras, uno del grupo que lleva el pelo rapado, oxigenado y troquelado con corazones, un dibujo que un cliente esbozó y mandó a la mesa. “¡Eso está cabrón! Eres como la musa de Picasso,” dice Bad Bunny. La mesa estalla en risas. 

Sí, el dibujo está cabrón. Todo está cabrón. El corte de pelo raro de Oliveras es maravilloso. Y también lo son todos los clones de Bad Bunny que portan sus característicos lentes de sol chiquitos y sus camisas florales. También está cabrón el simple hecho de que, gracias a la influencia de Bad Bunny, mi hijo — jugador de lacrosse — de 11 años se pinte, sin ironía, las uñas con brillantina. 

A close up of Bad Bunny looking into the camera wearing a pearl beaded shirt and pearls lined around his hairline

Venessa Arizaga dickie perla personalizada. Joyas de Bad Bunny. Maquillaje similar: Blush en Tawny y Extra Lip Tint en Bare Pink por Bobbi Brown.

Bad Bunny sitting in a chair wearing a pink long jacket and black pants and boots with pink gloves and hair accessory.

Balenciaga top. Raf Simons de Matchesfashion abrigo y pantalones. Syro zapatos. Anillos, mano izquierda (izquierda a derecha): Tiffany y David Yurman. Anillos, mano derecha (izquierda a derecha): L. Jardim, Venessa Arizaga, y John Hardy.

Bad Bunny wearing a pink turtleneck and suit and pink hair extensions hanging from the side of his face

Abrigo de Noir Kei Ninomiya. Vintage Balenciaga top de cuello alto a Artifact NY. Maquillaje similar: TattooStudio Waterproof Eyebrow Gel, Baby Lips Moisturizing Lip Balm in Pink Punch, y Cheek Heat Gel-Cream Blush en Fuchsia Spark por Maybelline New York.

Bad Bunny in front of a peach backdrop outside wearing an all pink suit holding his jacket open

Abrigo, camisa, y pantalones de Fendi. Zapatos Prada. Collares Chanel.

¿Se siente Bad Bunny responsable del espíritu creativo intrépido que ha prendido en el estilo masculino; por cuestionar las emociones que existen alrededor de las rígidas expectativas en la expresión de la sexualidad y el género? 

"Es difícil de determinar," dice. "Porque hay gente que lo ha hecho antes que yo, eso de romper las normas y empujar los límites. Pero quizás yo llegué en el momento justo, con la fuerza adecuada, y todo se alineó." 

Entre los éxitos virales de YHLQMDLG está "Yo Perreo Sola," un himno para las chicas que les gusta menearse en paz. Para el vídeo, Bad Bunny actúo totalmente travestido: látex rojo, pestañas falsas gigantes y pechos prostéticos. No es la primera vez que sus tendencias de mezclar géneros llegan a las noticias. En 2018, el cantante entró en un salón de uñas en Oviedo, España, donde estaba de gira, para renovar su manicura, que supuestamente se le negó por ser hombre. Un mes después sacó el éxito "Como Soy" con Daddy Yankee y Pacho; en el vídeo Bad Bunny se lima las uñas, desafiante, mientras bailotea por una cancha de básquetbol rapeando sobre drogas, gangueros y respeto.      

"Mi look no era parte de un plan específico," dice. "Cuando estaba empezando a hacer música, mi estilo se volvió parte del proceso de liberar mi mente y espíritu. Desde joven que lo tengo — sólo hay que liberarlo."

Bad Bunny describe la infancia jugando con gallos, cabalgando y nadando en el río. "Ir al centro comercial era una ocasión especial," dice. Pero fue durante esos viajes a la cuidad cuando empezó a absorber las infinitas posibilidades de la moda y la injusticia de los estereotipos de género. 

"Ir de compras con mi mamá era una de mis cosas favoritas porque me perdía en la sección de mujeres, mirando conjuntos, colores, cortes, diseños. Y luego cuando era mi turno de comprar ropa era un aburrimiento. Los mismos pantalones y camisetas, pantalones y camisetas de distintos tamaños. ¡Las mujeres lo tienen todo!." Ni se te ocurra preguntarle a Bad Bunny sobre la desigualdad con respecto a bolsos y carteras.  "Para las mujeres hay tantos tipos diferentes, colores, formas, diseños… ¿Y los hombres que tienen? Una billetera aporreada para meter en el bolsillo." 

No hay duda de que el anticonformismo de Bad Bunny ha ayudado a que la moda y la belleza sean más divertidas para los hombres. Si algo le hace feliz lo usa, lo pinta en sus uñas, lo postea en Instagram. Esa felicidad trajo una realidad más excéntrica y colorida a los armarios y las mentes de una generación entera, sin mencionar el impacto que Bad Bunny y sus colegas reggaetoneros, J Balvin y Maluma, han tenido en las pasarelas de modas. 

Nine photos of Bad Bunny standing in front of a peach backdrop outside wearing a pink puffer jacket and pink pants...

Este año lo que le trajo alegría a Bad Bunny fue entrenar para volverse un luchador libre profesional de la WWE. Un espectáculo hyper-masculino y muy extravagante visto por millones. Unirse a WWE fue un sueño de la infancia hecho realidad. La ostentación con la que los luchadores se agarran las vestimentas, sus expresiones faciales, la coreografía —todo fue absorbido por un joven Benito en Vega Baja. "Tenía las figuritas de los personajes de lucha libre, pero también creé mi propio personaje cuando luchábamos mi hermano en la cama de nuestros padres," recuerda. "Tenía mi entrada musical y mi traje —una chaqueta de mi papá, y los calzoncillos pintados y decorados. Jugábamos horas." Cuando Bad Bunny habla de The Undertaker, Triple H, y Booker T, sube de tono, su discurso se acelera y me doy cuenta que participar en el WWE es mucho más que un sueño infantil hecho realidad. "De verdad, la lucha me ha influido muchísimo y lo he aplicado a mi carrera," dice. "El estilo, la importancia de tener un movimiento, o una frase, o un estilo registrado, y recordando de mantener siempre un elemento sorpresa. A los fanáticos de la lucha libre les encanta que los agarren desprevenidos. Me gusta generar esa misma emoción con mi música."

Por tres meses, Bad Bunny dejó de trabajar en su música y se mudó a Kissimmee, Florida, donde practicaba dos veces al día con un entrenador e iba al gimnasio de WWE a aprender los movimientos. Todo esto para prepararse para su gran lucha. "Fue como morir e ir al cielo," dice. "Nunca me he sentado a mirar una grabación de mis conciertos. Nunca. Pero mi lucha libre la vi cientos de veces. Durante una semana me iba a la cama todas las noches mirándola."

Otros proyectos de actuación incluyen una aparición estelar en la serie original de Netflix, Narcos: México (5 de noviembre), y en la película de David Leitch, Bullet Train (Tren bala), con Brad Pitt, programada para salir en 2022. "Ese tipo luce bien," dice Bad Bunny, del ganador del Óscar de 57 años. "Cuando tenga 30 años voy a empezar a cuidarme la piel y la cara. Quizás empiece a hacerme cositas estéticas o plantar un poco más de pelo en mi cabeza." La verdad es que Bad Bunny hará lo que le de la santa gana. Quizás la mejor lección para aprender de él no es que las normas de género existen para ser destrozadas, o que los chicos de hoy están bien; la cosa más importante es hacer lo que te dé la gana. 

Esa noche, mientras volvíamos caminando de cenar con mi tío en Miramar, un barrio de San Juan que está de moda y que a la vez tiene mucha historia, escuchamos "Si Veo a Tu Mama," de Bad Bunny, sonando desde una terraza en el segundo piso de una vieja casa centenaria. Cuando miré para arriba, no era una fiesta casera estridente de un sábado a la noche. Era una abuelita en su mecedora marcando con su pie al ritmo del reggaetón.

To read this story in English, click here

Fotografiado por Camila Falquez. Estilista de moda: Herin Choi. Cabello: Ybelka Hurtado. Maquillaje: Frankie Boyd. Manicura: Chary Reyes and Carla M Negrón. Producción: Worldjunkies Inc. Fotografiado en Casa Cubuy, Puerto Rico.

Primera foto: Abrigo de Louis Vuitton. Top de Rick Owens. Pantalones de The Pack. Broche de Mordekai. Zapatos de estilista. Joyas de Bad Bunny.